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January 5, 2025Sunday, January 5, 2025 – The Epiphany of the Lord
The Gospel canticle antiphon for Morning Prayer today says this: “Today the Bridegroom claims his bride, the Church, since Christ has washed her sins away in Jordan’s waters; the Magi hasten with their gifts to the royal wedding; and the wedding guests rejoice, for Christ has changed water into wine, alleluia.”
“Epiphany” is a manifestation, a revelation to those who previously did not know or acknowledged the divinity of Christ.
As we are in the season of Christmas, perhaps that’s what the twelve drummers were drumming about on this twelfth day: Jesus is God.
Certainly, we picture in our mind the Christ child, with Mary his mother, as the magi prostrated themselves and did him homage. We know not who else was present. We know that Mary knew that her child is the one who was given the throne of his father David [and who] will reign over the house of Jacob forever.
So, who needed that message? Who else was there to witness the magi gifting Jesus gifts of royalty, divinity, and death? Maybe Joseph. Maybe some shepherds who remained. Or a guest.
Clearly, this was not the last time that an epiphany of Jesus would occur. If anything, this is only the first one. The next one would be at His Baptism by John, where He cleansed the waters. John bore witness, “I saw the Spirit descend as a dove rom heaven, and it remained on him.”
One more at the wedding at Cana, where the first sign of His power was made visible. The steward of the feast was perplexed: You have kept the good wine until now. The Son of God became man and made His dwelling among us. That’s the good wine!
In these three epiphanies, Jesus was further revealed as Lord, God, Messiah, and King. There is nothing to make us doubt that Jesus continues to reveal Himself to us today. There are magi among us bringing Him gifts, offering themselves as a spiritual sacrifice. They followed the star, which guided them to Christ.
Maybe you are called to bring an offering to the Lord today, offer Him yourself, and others will see that Jesus is Lord.La antífona del cántico evangélico de la oración de la mañana de hoy dice así: "Hoy la Iglesia se ha unido a su celestial Esposo porque, en el Jordán, Cristo la purifica de sus pecados; los magos acuden con regalos a las bodas del Rey, y los invitados se alegran por el agua convertida en vino. Aleluya."
"Epifanía" es una manifestación, una revelación a quienes antes no conocían ni reconocían la divinidad de Cristo.
Ciertamente nos imaginamos al Niño Jesús, con María, su madre, mientras los magos se postraban y le rendían homenaje. No sabemos quién más estaba presente. Sabemos que María sabía que su hijo es el que ha recibido el trono de su padre David y que reinará sobre la casa de Jacob para siempre.
Entonces, ¿quién necesitaba escuchar este mensaje? ¿Quién más estaba allí para presenciar cómo los magos entregaban a Jesús regalos de realeza, divinidad, y muerte? Tal vez José. Tal vez algunos pastores que se quedaron. O algún invitado.
Claramente, esta no fue la última vez que ocurriría una epifanía de Jesús. En todo caso, ésta es sólo la primera. La siguiente sería en su Bautismo por Juan, donde limpió las aguas. Juan dio testimonio: "Vi al Espíritu descender del cielo como una paloma, y permaneció sobre él."
Una más en las bodas de Caná, donde se hizo visible la primera señal de Su poder. El mayordomo del banquete estaba perplejo: Tú has guardado el vino bueno hasta ahora. El Hijo de Dios se hizo hombre y puso su Morada entre nosotros. Ese es el buen vino.
En estas tres epifanías, Jesús se reveló aún más como Señor, Dios, Mesías y Rey. No hay nada que nos haga dudar de que Jesús sigue revelándose a nosotros hoy. Hay magos entre nosotros que le traen regalos, ofreciéndose a sí mismos como sacrificio espiritual. Siguieron la estrella, que les guio hasta Cristo.
Tal vez tú estás siendo llamado a traer hoy una ofrenda al Señor, ofrécete a ti mismo, y los demás verán que Jesús es el Señor.
